Me gusta hablar sobre comida
Mi padre aprendió a cocinar con las recetas de su
abuela. Mi mamá colecciona recetarios de cocina. A mí siempre me gustaron las galletas con chispas de chocolate, pero siempre
eran caras y la propina del colegio, lógicamente, insuficiente para
comprarlas.
A los 13 años leí una receta de El Comercio,
me pareció sencilla y compré chocolate bitter en el mercado del barrio.
Hice mis primeras galletas chips, luego un pie de limón, luego leí a Cortázar y a los poetas
malditos, seguía a Narda Lepes en la televisión por cable, escuché a
Borja Blázquez
y terminé con Daniel Alarcón. Luego de ocho años, ¿quién iba a pensar que podía
unir mis dos pasiones: la gastronomía y el periodismo?
A veces me gusta reír en
público, armo barcos en mi patio trasero y me gusta pensar que alguien en el
mundo piensa en mí. Soy culpable de leer a Chomsky y de este blog, el único
espacio donde soy inocente de egocentrismo, sin culpa ni piedad… y donde puedo
soñar sin remordimiento de conciencia.
Me gusta escribir y estoy aprendiendo a ser ordenada con el periodismo.
Si alguien quiere darme algo por mi inicio en la web 2.0, seré feliz con un
frasco de Nutella.
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